Aprender español en Valencia

Valencia es según el Expat City Ranking, la mejor ciudad del mundo para vivir. Valencia es además una de las preferidas por los viajeros para aprender español. Su clima mediterráneo hace que la temperatura media anual sea de 20 grados. Los veranos son cálidos y los inviernos suaves, llegando a tener hasta ocho meses de buen clima y dónde dicen que nunca llueve. El mejor ejemplo para demostrar el buen tiempo que hace en Valencia, son las 343 horas medias de sol al mes, todo un logro al alcance de muy pocas ciudades del mundo.

Vivir en Valencia es estar en una ciudad asequible, segura y bien comunicada, llena de eventos culturales todo el año y con una vida nocturna animada, sobre todo en los meses de verano.

La ciudad de Valencia es el paraíso para los amantes del sol y la playa. Sus largos kilómetros de costa harán que disfrutes del mar como en ningún otro lugar del mundo, accesibles desde el mismísimo aeropuerto. ¿Imaginas bajar del avión y coger un metro que te lleve a la playa? ¿Quién no querría vivir en una ciudad dónde hay transportes desde cualquier lugar de la ciudad que te llevan al mar? Eso y mucho más, puedes hacerlo en Valencia.

Además de playas, Valencia está muy bien comunicada tanto por barco con Ibiza y Mallorca, como por avión, carretera y tren con ciudades tan importantes como Madrid, Barcelona o Sevilla, para que durante tu vida en la ciudad puedas visitar otras ciudades.

Vivir en Valencia es disfrutar de monumentos tan emblemáticos y futuristas como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, con edificios tan sorprendentes como el Oceanográfico más grande de Europa, el Hemisféric, la Ópera Reina Sofía o el museo del Príncipe Felipe. La Ciudad de las Artes está considerada como uno de los proyectos arquitectónicos más creativos y sorprendentes del mundo. Entre sus muros y alrededores se dan lugar multitud de eventos y exposiciones que llenan de cultura la ciudad de Valencia. Un lugar que sin duda te recomendamos visitar y que puedes hacerlo en compañía de otros estudiantes de nuestra escuela de español, para ello únete a nuestras actividades culturales y disfruta del espectáculo con nosotros.

Recorriendo de manera transversal la ciudad, por uno de los proyectos paisajísticos más relevantes de Europa encontrarás el pulmón verde de la ciudad en forma de viejo cauce de río con 8 km de longitud y más de 1 millón de metros cuadrados de superficie, siendo uno de los jardines urbanos más grandes de Europa.

Recorrer este viejo cauce o “el río” como lo llaman los valencianos es perderse entre un mundo de árboles, luces y sombras que te transportan a diferentes culturas y ambientes. Esto es debido a que cada zona del río posee una idiosincrasia y personalidad propias, dónde se dan lugar todo tipo de representaciones artísticas y culturales.

Si remontas el río te espera uno de los parques más importantes del mundo, el Bioparc. Creado como un espacio dónde disfrutar de los animales en aparente libertad, sin barrotes que les hagan sentir presos y usando accidentes geográficos artificiales como medida de separación entre uno y otro espacio.

En el Bioparc de Valencia, la naturaleza convive en su propio hábitat y te permite disfrutar de elefantes, jirafas, rinocerontes, hipopótamos, cebras, gorilas, los temidos leopardos y cocodrilos, así como los divertidos lémures. Cada uno en su propio hábitat y grupos sociales, conviviendo con todas las especies en un único plano de visión.

Siguiendo con las muestras de cultura que alberga la ciudad, si por algo es conocida Valencia, además de por sus monumentos y sus playas, es por Las Fallas. Un evento reconocido por la UNESCO desde 2016 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Las fallas son unas fiestas llenas de cultura, pólvora y tradición que al menos una vez en la vida hay que disfrutar. Es un evento único en el mundo en el que toda la ciudad se viste para la ocasión llenando calles y plazas de música, fuegos artificiales y por supuesto paella. ¡Ven y vive Valencia en Fallas!

Si todavía albergas dudas si venir a aprender español en Valencia, no te olvides de todos los platos y sabores únicos que vas a poder disfrutar en nuestra ciudad. La Comunidad Valenciana tiene una gran tradición culinaria, llena de platos tan famosos como; la paella, la horchata, los fartons, el agua de Valencia o la fideuá.

Historia de la paella valenciana

¿Cuál es el origen de la paella?

Si hay algo genuinamente valenciano y que más curiosidad llama entre nuestros estudiantes de español, es la paella, nuestro plato culinario más internacional. Un plato que surge entre los siglos XV y XVI en las zonas más rurales de Valencia. Ante la necesidad de pastores y campesinos de preparar una comida sencilla con los ingredientes que tenían en la huerta, surgió lo que hoy conocemos como paella.

¿Qué ingredientes lleva la paella?

La receta y los ingredientes de la paella valenciana es uno de los aspectos más polémicos de los últimos tiempos. Una polémica que siempre arde tanto en redes sociales como en cualquier tipo de evento en el que haya una paella de por medio, incluidas Las Fallas. 

Inicialmente, los ingredientes de los que estaba compuesta la paella eran, la liebre o el conejo de campo, verduras frescas, como la alcachofa y aves como el pato o el pollo, además de caracoles y ratas de agua de la Albufera. 

Este último ingrediente, nada tiene que ver con el concepto de rata de alcantarilla que hoy tenemos por las ciudades mediterráneas, sino más bien se trataba de un roedor más parecido al conejo, con un sabor muy similar. 

Tal es la importancia de este roedor, que hoy la “rata de la marjal” que es como se la conoce en tierras valencianas, es una especie protegida. Cazar este roedor, cuyo peso ronda los 300gr y se alimenta de arroz y verduras, cuyo hábitat es la albufera y aguas de marjal, tiene una multa de más de mil euros. 

Estos ingredientes iniciales de los que estaba compuesta nuestra paella, han ido evolucionando, algunos se han mantenido y otros han prácticamente desaparecido, como la rata de la marjal, que ha sido sustituida por el conejo.

Aunque cada localidad tiene su propia versión de la paella, hay ingredientes comunes a todas las recetas, como son el arroz, aceite de oliva, azafrán, agua, verduras y carne. La diferencia principal entre unas y otras recetas, son los ingredientes añadidos a esta base de alimentos.

Como valencianos, creemos que una buena paella sólo necesita; arroz de tipo bomba, agua, aceite de oliva, azafrán, pollo, conejo, garrofón (que es una alubia típica valenciana), judías verdes y una ramita de romero. A partir de esta receta algunas poblaciones añaden alcachofa, lo que le da un color más oscuro a la paella, otras le añaden pimiento rojo o verde e incluso algunas sustituyen el pollo por cerdo o pato. Todas son consideradas paellas, pero en Valencia capital, el lugar en el que nació la paella junto a la Albufera, la paella más tradicional es la de pollo y conejo, cocinada con leña de naranjo. Este árbol tan valenciano le da un aroma muy característico a la paella y un sabor que sólo una paella de leña puede dar y que cada día es más difícil de encontrar.

¿Cuál es el origen del nombre de la paella?

Aunque en España, la paella es el nombre del plato, lo cierto es que para los valencianos la paella, también es el recipiente en el que se cocina tan sabroso plato valenciano. Se trata de una sencilla sartén de asas con cuatro tornillos remachados y muy característicos en la que se cocina la paella. Estos tornillos son importantes porque sirven de marca hasta dónde tiene que llegar el agua para realizar una paella perfecta.

La versión romántica del origen del nombre de la paella, es el narrado por un cuento popular en el que un joven, intentando realizar un plato único para su amada, dijo que estaba cocinando “para ella” un plato muy especial. Esta frase “para ella” puede haber sido el origen de la palabra paella.

Ya lejos de la versión romántica y más centrados en aprender español, la palabra paella tiene su origen en el latín. Concretamente, en la palabra “patella”, que se significa sartén. Una palabra que con los años fue evolucionando hasta convertirse en la paella que hoy conocemos. Un recipiente no muy profundo, de forma circular, con dos asas y cuya forma permite repartir el calor por igual en toda su superficie.

Historia de la Playa de la Malvarrosa de Valencia

La playa de la Malvarrosa es una de las playas urbanas más extensas de Valencia. Su arena fina está circundada por un paseo marítimo que está aderezado de restaurantes de comida típica valenciana.

La Malvarrosa es una playa que fue retratada por Joaquín Sorolla, uno de los artistas que supo como pocos captar la belleza del paisaje costero y las vidas cotidianas de las gentes que se acercaban a la Malvarrosa. Sus cuadros representan esta playa con pescadores dónde supo como pocos captar los reflejos de la luz sobre la prístina agua.

La Malvarrosa es cuna de inspiración, no sólo enamoró al Pintor Joaquín Sorolla, sino que también fue lugar de inspiración para las letras. La Malvarrosa fue el lugar elegido por el escritor y periodista valenciano, Vicente Blasco Ibañez. Entre la arena de la playa, Blasco Ibañez inspiró su novela sobre pescadores “Flor de Mayo”. El autor documentó la obra paseando por la playa y dialogando con su amigo y pintor Sorolla. Tan prendado se quedó de la playa, que construyó una casa en la que residió y escribió varias obras y que hoy es un museo en su nombre.

Además de escritores y pintores como Blasco Ibañez y Sorolla, en una época más reciente, concretamente en 1977 fue el lugar que inspiró a Antonio Vega a escribir de un tirón la letra de “La Chica de Ayer” mientras deambulaba con su guitarra por el paseo marítimo de la Malvarrosa.

Entendida como un himno generacional, la letra de la canción se ha convertido en un símbolo de los cambios acontecidos en la sociedad de aquel momento, llegando a ser considerada como la segunda mejor canción del pop-rock español según la revista Rolling Stones.

¿Cuál es el origen del nombre de la Malvarrosa de Valencia?

Hasta principios del siglo XIX La Malvarrosa era una zona costera y pantanosa, llena de marjales y húmeda que hacían imposible vivir en ella. En aquellos tiempos, apenas había unas huertas y algunas barracas de pescadores en sus alrededores que hoy conocemos como el Cabanyal. 

A finales del siglo XIX, el jardinero mayor del jardín botánico de Valencia, Jean Félix Robillard compró varias tierras en las zonas aledañas a lo que hoy conocemos como el Cabanyal, con el fin de plantar flores y plantas para su posterior estudio. Entre las plantas más conocidas que este botánico de origen francés plantó, estaban las malvas rosas, un tipo de geranio que se adaptaba muy bien a las zonas húmedas y salobres y del que la playa tomó el nombre.

Tal fue la proliferación de estos geranios que Robillad, abrió una fábrica de perfumes y esencias, dónde también se elaboraban jabones y aceites. La gran cantidad de estas plantas fue tan grande que la zona acabó tomando su nombre en 1848 como “Malvarrosa” hasta convertirse hoy en una de las zonas costeras más conocidas por los valencianos. 

Este barrio de la capital de Valencia concentra patrimonios culturales y arquitectónicos de gran relevancia y muy reconocidos. Entre los patrimonios arquitectónicos más relevantes nos encontramos con la casa museo de Vicente Blasco Ibáñez, en el mismo chalet en el que el escritor vivió durante gran parte de su vida. Además de esto, en la zona del paseo marítimo se encuentra una escultura de Antonio Martí Sart, que los valencianos llaman “los delfines” y que suele ser un punto de encuentro.

En lo referente al botánico Robillard, se le rinde homenaje en la plaza de su mismo nombre, la del Botánico Robillard. Un botánico que difundió el nombre de Valencia por todo el mundo gracias a la fama que obtuvo la fábrica de jabones y esencias con sede en la Malvarrosa.