¿”Precrastinas” o Procrastinas?

En este mundo tan rápido en palabras y modismos en ocasiones las nuevas acepciones del diccionario llegan antes a nuestros labios que al diccionario de la RAE. Lejos de cometer faltas ortográficas, os traemos el término “precrastinar” que quién sabe si algún día lo veremos en la RAE en contraste con el verbo procrastinar.

Como no podemos ser dos cosas a la vez, al final de esta entrada del blog deberás decidirte y “mojarte” para elegir qué tipo de persona te consideras y comentarlo en clase.
¿Eres una persona que se anticipa a o todo, o bien un poco más española y deja las cosas para mañana?

Vamos a comenzar con el vocablo que no está reconocido por la Real Academia Española de la lengua, pero que en los círculos de la psicología se escucha desde hace décadas y que tiene un significado bastante diferente al de procrastinar. Veamos qué tipo de personas son precrastinadoras y si te identificas con ser una de ellas.
Ni el uno es más vago que el otro, ni uno más eficaz que su contrario.

Precrastinar.

Según algunos círculos psicológicos las personas que precrastinan son aquellas que tienen una urgencia continuada por acabar aquellas cosas que tienen pendientes, sin importar lo costosas en tiempo o esfuerzos que les supongan. Muchas veces tampoco son capaces de priorizar unas sobre otras.

A veces estas ansias por finalizar una tarea llevan a la persona a cometer errores, tomar decisiones sin madurarlas bien o a destinar grandes esfuerzos a algo que puede ser fútil.
Hay que entender que la eficacia y la inmediatez no van unidos de la mano. El pensar en acabar cuánto antes no es siempre la mejor de las decisiones en un ambiente de trabajo o de estudio. Este pensamiento en ocasiones nos lleva a finalizar trabajos con mala calidad o bien dilapidar el tiempo revisando cosas que podríamos haber hecho mejor desde el principio.

Un ejemplo de esto sería un estudiante de español que en lugar de preparar un examen se dedica a realizar otras actividades de su lista de tareas menos importantes. ¿Te imaginas? Hoy lavé a mi perro, planché la ropa y limpié la casa, incluso me dio tiempo a tintarme el pelo, pero… no estudié para el examen tanto como debería.

Si eres una persona que contesta todos los correos que recibe, acaba las tareas antes de la fecha indicada, compra cantidades ingentes de comida por si faltan en la nevera o intentas finalizar todo para evitar la frustración que supone tener cosas pendientes, entonces estás en este grupo de personas.

En ocasiones hacemos cosas sin saber el motivo, y quizás pase también con la precrastinación. ¿Sabes por qué lo haces o qué te lleva a ser así? Veamos varios motivos.
1. Control: Si eres de las personas que les gusta llevar el control de la situación, es muy probable que seas un precrastinador. Al realizar y finalizar una tarea lo antes posible estás controlando la situación.
2. Culpa: Al anticiparnos a algo, evitamos el sentimiento de culpa ante la posibilidad de no acabar una tarea.
3. Placer: Las listas de tareas, igual que lograr objetivos o alcanzar retos, activan el sistema de recompensa de nuestro cerebro y generan dopamina. Lo que no vemos es que tal vez en esa lista de tareas haya unas más importantes que otras y quizás le hayamos dedicado más tiempo del necesario a unas que a otras sin gestionar su prioridad.
4. Sociedad: En la cultura actual dónde el ayer ya es pasado y está obsoleto, la inmediatez en finalizar tareas se convierte en una presión social autoimpuesta.

Como ya dijo Einstein “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. Con ello hay que entender que tomarse un descanso entre tarea y tarea, así como tener una lista de prioridades ayuda a acercarse a nuestros objetivos y tomarnos la vida con más tranquilidad.

Procrastinar.

En el lado opuesto de la balanza de la precrastinación, tenemos al procrastinador. Si llevas un tiempo en España seguro hay algo que te ha sorprendido mucho de los españoles y es esa facilidad que tenemos para dejarlo todo para mañana. En muchas ocasiones visto desde ojos ajenos el dejar las cosas para mañana indica holgazanería o falta de ganas de trabajar, pero no siempre es así.
Según la RAE procrastinar no es más que aplazar algo. En psicología tiene un valor diferente, pues lo que se aplaza son tareas costosas o incómodas, sustituyéndolas por otras más divertidas o fáciles de realizar, aunque tengan menor relevancia.

Si eres una persona que sabes que deberías hacer algo y no lo haces y que estás realizando una tarea diferente y menos costosa en lugar de realizar la que tiene importancia, entonces estás dentro del grupo de los procrastinadores. Pensar que todavía tenemos tiempo, que trabajamos mejor bajo presión o que mañana nos saldrá mejor, son pensamientos típicos de estas personas.

Del mismo modo que un precrastinador no es más productivo, un procrastinador no tiene por qué ser un vago. Una persona vaga es alguien que no quiere hacer nada, diferente al procrastinador que sí quiere, pero que no es capaz de priorizar y ser más productivo.

Pero veamos qué nos lleva a procrastinar, y antes de comentarlo en las clases de español, tengamos claros los motivos que nos pueden llevar a tal situación:
1. Perfeccionismo: Este es uno de los motivos que a veces se pasan por alto, al pensar que mañana las cosas nos saldrán mejor porque podremos dedicarle más tiempo. Lo cierto es que muchas veces una tarea se puede dividir para que no nos quite tanto tiempo.
2. Impulsividad: Las personas con falta de control tienen mayores dificultades para realizar algo desagradable y además se dejan llevar por las distracciones.
3. Autoestima: En pensar que no podremos realizar la tarea con éxito y anteponernos a los problemas, tampoco ayudar a que las cosas salgan hoy.
4. Frustración: Si siento que realizar una tera me va a generar ansiedad, la postergo para evitar ese sentimiento.

Recuerda que procrastinar de vez en cuando no es malo, pues todos necesitamos un descanso. Cada persona tiene su ritmo y debemos saber cuál es el nuestro, sin sentirnos mal. Evitemos las distracciones, seamos conscientes de nuestra situación y actuemos en consecuencia.

Esperamos hayas aprendido dos nuevas palabras y en plenaria lo comentes en clase, seguro es interesante saber qué opinan tus “compis” de clase de español.